Santa Cecilia, virgen y mártir del siglo III, es la patrona de los músicos y reconocida por su fe inquebrantable frente a la persecución. Según la tradición, cantaba a Dios incluso entre las llamas, simbolizando la armonía entre la belleza espiritual y el poder del sacrificio. Llevar una medalla de Santa Cecilia invita a la paz, la alegría interior y la protección divina, a la vez que honra el poder de la música como oración.