Medalla Milagrosa
La Medalla de la Virgen Milagrosa tiene su origen en las apariciones de la Virgen María a Santa Catalina Labouré en 1830, en el convento de la Rue du Bac, en París. Durante estas apariciones, María solicitó la creación de una medalla según un modelo preciso, prometiendo grandes gracias a quienes la llevaran con fe. Rápidamente, se la denominó «medalla milagrosa» debido a las numerosas conversiones, curaciones y protecciones que se le atribuían.
Llevar esta medalla es acoger un poderoso signo de la ternura maternal de María, y una fuente de protección, fe y consuelo en momentos de prueba. Hoy en día, es una de las medallas más usadas en el mundo cristiano.
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Nuestra historia, nuestra promesa
Todas las medallas Becker están hechas a mano en Francia.
Nuestros talleres, ubicados en Lyon y Lourdes, cuentan con la certificación de Empresas de Patrimonio Vivo (EPV). Nuestros artesanos son garantes de un saber hacer tradicional único, reconocido en Francia y en todo el mundo. Más información.